Poliomielitis, un riesgo que puede prevenirse con la vacunación

Para lograr inmunidad colectiva se necesita que las vacunas lleguen a más del 90% de la población infantil. La campaña de vacunación contra Sarampión, Rubéola y Poliomielitis, impulsada por el Ministerio de Salud Pública, tiene una importante aceptación en gran parte del territorio nacional; sin embargo, existen regiones donde no se llega aún a la meta y esto pone en riesgo el resurgimiento de casos. 

Ante esta situación, el Dr. Héctor Castro, director del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), solicitó al personal médico y de enfermería del hospital pediátrico “Niños de Acosta Ñu”, durante una charla, reforzar los controles de tarjetas de vacunación y el diálogo con los padres y/o cuidadores de niños y niñas que acuden a ellos, sobre la importancia de tener el esquema de inmunizaciones al día.

La poliomielitis es una enfermedad viral muy contagiosa que puede ocasionar parálisis, deformidad y atrofiar músculos externos; también, puede atacar los músculos respiratorios, ocasionando a su vez la muerte. La misma no tiene cura, pero se puede evitar las formas graves a través de la vacunación.

Los síntomas inician con fiebre, dolores de cabeza, dolores de estómago, vómitos y, aunque la mayoría de los infectados por el poliovirus no presenta síntomas, puede contagiar a los demás, de igual manera. Es importante también mencionar, que aquellos que no cuenten con las dosis son los más susceptibles a contraer la enfermedad de manera grave.

El virus se propaga de persona a persona, a través de la materia fecal, gotitas de salivas; aguas y alimentos contaminados, entre otras formas.

Paraguay registró el último caso de Polio en 1985, entonces, ¿por qué debería ser un motivo de preocupación? 

La enfermedad no está erradicada, existen dos países de Asia del Sur donde aún existen la transmisión de poliovirus (Pakistán y Afganistán). La aparición de un caso en EE.UU. en un adulto sin inmunización, es motivo de mucha preocupación. En los últimos años, las tasas de vacunación contra la poliomielitis han disminuido considerablemente, incluso antes de la pandemia por COVID-19, la vacunación contra esta enfermedad había caído por debajo de la meta de cobertura de igual o mayor al 95% recomendada para prevenir la reintroducción del virus.

Esta enfermedad podría reaparecer de no contar con una población bien inmunizada. Es por ello que el Ministerio de Salud, a través del PAI, pone a disposición de la población en todas las regiones del país, la vacuna bOPV como campaña de refuerzo, además de la IPV en el esquema indicado dentro del programa de vacunación de esquema regular.

Vigilancia epidemiológica

Ante la sospecha de un caso de polio se activan protocolos de acción y prevención como la toma de muestra para estudios de laboratorio que permita descartar o confirmar esta u otra enfermedad; investigación e intervención institucional y comunitaria por posible circulación del virus, refuerzo de controles de tarjetas de vacunación donde el paciente estuvo previamente. 

La detección y notificación de casos de Parálisis Flácida Aguda (PFA) se utiliza como indicador de la capacidad de un país para detectar la poliomielitis, incluso en países donde la enfermedad ya no se presenta. Debido a ello, el sistema de vigilancia debe ser lo suficientemente sensible para detectar al menos un caso de PFA por cada 100.000 menores de 15 años, incluso en ausencia de poliomielitis. 

La poliomielitis al inicio del cuadro puede ser difícil de diferenciar de otras formas de parálisis fláccida agudas como el síndrome de Guillain-Barré, la mielitis transversa o la neuritis traumática. Todos los niños con PFA deben ser investigados para detectar poliovirus dentro de los 14 días posteriores a la instalación de la parálisis. Para la prueba de poliomielitis, las muestras fecales se analizan para detectar la presencia de poliovirus. Las muestras deben llegar refrigeradas al laboratorio dentro de las 72 horas posteriores a su recolección y de lo contrario, deben congelarse (a -20 grados centígrados) y luego enviarse congelados. 

Esta muestra se inocula en cultivos celulares en donde el virus puede infectar y replicar. El virus aislado es posteriormente tipificado mediante ensayos moleculares, se inicia con una RT-PCR para determinar el serotipo y si se trata de un virus salvaje o uno vacunal, luego se realizan pruebas de secuenciación genética para confirmar el genotipo. La secuencia genética obtenida se compara con un banco de referencia de poliovirus conocidos, lo que permite hacer inferencias sobre el origen geográfico del virus aislado de la muestra. 

Debido a la importancia de la situación actual en el mundo con respecto a la Poliomielitis, todo personal sanitario debe detectar y notificar todo caso sospechoso de Parálisis Flácida Aguda (sin historia de traumatismo), tanto de pacientes menores de 15 años como también de personas de cualquier edad provenientes de zonas endémicas

Hasta la fecha Paraguay reportó hasta la semana 46 al Centers for Disease Control and Prevention (CDC), en EEUU, 35 casos sospechosos de poliomielitis de los cuales 24 han sido descartados hasta el momento.