¿Por qué es necesario cubrirse al toser o estornudar?
Al toser o estornudar, las personas infectadas con influenza u otro virus respiratorio emiten gotículas que se dispersan en el aire infectando así a las personas que inspiran esas gotículas. Estas partículas llegan incluso a contaminar superficies y objetos.Una tos genera aproximadamente 3.000 partículas y un estornudo 40.000.
La influenza, al igual que otros virus respiratorios, se transmiten con facilidad de una persona a otra a través de gotículas y pequeñas partículas que son expulsadas con la tos o los estornudos.
Si al momento de toser o estornudar no cubrimos la boca y la nariz, se diseminan secreciones que podrían contener virus respiratorios, en el ambiente, a las personas, así como a las superficies y objetos.
Para impedir que el virus se expanda, se aconseja cubrirse siempre la boca y la nariz con el brazo (pliegue interno del codo) o con la ayuda de un pañuelo desechable y nunca con la mano, de forma a evitar expandir el virus. Si utiliza pañuelo, debe desecharse inmediatamente a un bote de basura luego de su uso y seguidamente lavarse las manos con agua y jabón.
Los virus respiratorios también pueden transmitirse por las manos contaminadas y de esta manera contaminar una variedad de objetos, por lo que cubrirse con la mano tras una tos o estornudo no es recomendable.
Un estornudo genera 40 mil partículas
Cuando una persona infectada habla, grita, tose o estornuda emite muchas partículas de diferentes tamaños, algunas caen al suelo o en superficies, y las más pequeñas pueden transportarse varios metros y permanecer en el aire por periodos prolongados.
Un estornudo genera unas 40.000 gotículas de todos los tamaños, las más finas pueden volar hasta los ocho metros en un ambiente cerrado. Mientras que la tos lanza entre 1.000 y 3.000 gotitas.
Al hablar durante unos pocos minutos puede provocar entre 100 y 6.000 gotículas. La cantidad de estas partículas varía de acuerdo al tono de voz: hablar en voz alta o a gritos genera el triple de partículas que hacerlo en voz baja.
En un entorno ventilado, esas gotículas más finas se disuelven rápidamente en aproximadamente 30 segundos, mientras que, en un ambiente sin ventilación, estas partículas pueden tardar hasta 4 minutos en comenzar a disolverse. Por esta razón, la ventilación de ambientes cerrados es igualmente esencial. Abrir puertas y ventanas es importante para reducir esta amenaza.
Para prevenir la transmisión de virus respiratorios
-Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar es clave. Hacerlo siempre con el brazo o con un pañuelo desechable.
-Lavarse las manos con agua y jabón, de forma correcta y frecuente.
-Mantener ventilados los ambientes cerrados. Abrir puertas y ventanas contribuye a reducir el riesgo de contagios. En temporada de bajas temperaturas se sugiere abrigarse lo suficiente y abrir una ventana o puerta, al menos, 10 minutos cada hora.
-Evite en lo posible pasar la mano o dar besos al saludar.
-No comparta mate, tereré ni cubiertos.
-Evite el contacto con personas con síntomas respiratorios.
Ante síntomas respiratorios
En caso de presentar tos, estornudos persistentes, obstrucción nasal, dolores de cabeza, garganta y oídos, aumento de la temperatura corporal, malestar general, acuda a la consulta médica y no consuma medicamentos sin prescripción del especialista, de manera a impedir que el cuadro se complique.
Se insta asimismo al grupo considerado de riesgo, a inmunizarse contra la influenza y contra el COVID-19, de forma a evitar posibles complicaciones y desenlaces fatales.